domingo, 28 de noviembre de 2010

El fin del mundo

Nos convencieron de que una imagen vale más que mil palabras y quemaron todos los libros que explican lo que no se puede ver, los sentimientos más irracionales, las razones más incomprensibles, las emociones más inasequibles. Nos dejaron las fotografías más superfluas y las películas más superficiales y nos dijeron que eso era todo lo que necesitábamos para ser felices. También destruyeron cualquier imagen que pudiera acercarnos a la verdad más universal, cualquier destello de conocimiento ancestral. Nadie protestó. Todos pensaron que estaba bien. Se sentaron tranquilamente a contemplar aquello que no requería concentración y dejaron que perecieran todas y cada una de sus neuronas. Sólo los filósofos y los poetas siguieron pensando, a pesar de no tener ya páginas que los sacaran de las tinieblas de la ignorancia. A los descendientes de Sócrates y Ovidio el más nimio detalle de la naturaleza hiperactiva su siempre activo cerebro. Algunos plantearon la posibilidad de exterminar a esta molesta especie del género humano y todos coincidieron en que era la mejor idea de una sociedad sin ideales. Después de seis meses de purga intelectual nadie volvió nunca a incordiar con cuestiones metafísicas y versos endecasílabos. El analfabetismo había conquistado el mundo. Nadie se dio cuenta de que los filósofos y los poetas seguían existiendo, camuflados entre la masa informe, silenciosos y callados, construyendo miles de universos interiores que jamás serían aniquilados, conscientes de que su momento sólo había sido postergado, convencidos de que el mundo no había terminado.

viernes, 26 de noviembre de 2010

El dolor

El dolor es siempre el mismo, pero cambia su forma y su contenido. El dolor apuñala el estómago, exprime el corazón y licua los ojos. El dolor provoca gritos silenciosos, aullidos abortados antes de que hagan temblar al mundo, quejidos indecorosos e inviolables. El dolor ya no es soportable y se hace inevitable compartirlo con los 7 millones de personas que lo entienden y que lo encienden. El dolor es lo que nos une y lo que nos separa, lo que más tarde o más temprano nos convertirá en una inmensa nada.

Mi canción del día



Yo no estuve allí, pero me moría de ganas de estar.

"No quiero cambiar las leyes naturales, pero venceré en este juego de animales. Resistiré en el canto de las bestias y a cada paso creceremos venenosos. Tanta brutalidad no acabará con nosotros. Ya no somos criaturas de este mundo".

Superhéroes

No es más fuerte el que menos llora, sino quien más avanza a través de las lágrimas.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Kryptonita

Eres la Kryptonita que neutraliza mis poderes de mujer fatal. Te miro y se me desarman las entrañas. Te aspiro y se me escapan tres suspiros. Algún día alguien te destruirá como tú me destruiste a mí y Metrópolis volverá a estar protegida del amor incandescente de quienes se tocaron en otras vidas y se penetraron hasta el tuétano de los huesos antes de que Prometeo robara el fuego de los dioses.

Mi canción del día



"Después de estudiar con cuidado este caso
ejerciendo a la vez de fiscal y abogado,
de juez imparcial,
sentencio lo nuestro
diciendo que el fallo más grande
pasó por guardar
solamente los días más gratos
y olvidar los demás.
Mirarte de frente.
Admito en voz alta
que no pocas veces he sido tentado
en coger mi esperanza
y lanzarla sin más a la fosa común
donde yacen los sueños
que nos diferencian.
Tal vez ¿has pensado en renunciar?
Yo aún no.
Hada helada en vuelo inerte,
tú nunca cambiarás,
hada helada en vuelo inerte,
tú nunca caerás.
Tal vez ¿has pensado en crecer más?
¡Más no!
Tal vez ¿te conseguiste equilibrar?
Yo aún no.
Vamos a correr el gran sprint final
y al cruzar la línea los dos ganarán.
Voy a romper las ventanas
para que lluevan cristales,
ven a romper las ventanas,
ven a gritar como antes,
ven a romper las ventanas
y hacer del caos un arte,
voy a romper tus ventanas
y voy a entrar como el aire."

La elección

Yo no quiero tener que elegir. Lo que quiero es que tú me elijas a mí.

lunes, 22 de noviembre de 2010

La ira de los cielos

Hay barro en tus zapatos y lluvia sobre mis hombros. La tempestad estalló a medianoche y ninguno llevábamos paraguas para protegernos de la ira de los cielos. Tú no querías mancharte y yo no soportaba la idea de mojarme, pero acabaste metiéndote en el fango y yo calada hasta los huesos. No fue una discusión normal, ni siquiera medianamente civilizada y a ambos se nos quedó cara de idiotas al descubrir que nos habíamos enamorado de la persona equivocada. Pero, justo cuando decidimos tirar cada uno por nuestro lado, miro hacia abajo y pienso que me gustan tus Martinelli destrozados. Tú posas la vista alrededor de mi cuello y sonríes al contemplar las gotas que resbalan por mi cazadora de cuero. Sé que nadie se manchará así por mí y sabes que nadie se mojará así por ti, pero la lluvia lava el barro y el sol seca la lluvia y no queda rastro del invisible hilo de acero que nos une y nos separa.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Coches de choque

- ¿Por qué no te arriesgas?

- ¿A qué?

- A estrellarte conduciendo un coche de choque.

- Porque los golpes me duelen demasiado y sé que no sobreviviría a un accidente de tráfico.

- Y yo que creía que lo que te dolía era no chocar con nadie...

martes, 16 de noviembre de 2010

La guerra de las galaxias

¿Y si todo fuera mentira? ¿Y si nada fuera verdad? Tú, testigo presencial de mi derrota más amarga. Tú, vigía expectante y anhelante de anunciar un nuevo ataque por mi parte. Le das valor a todo lo que digo y no te das cuenta de que lo único que importa es todo lo que callo. Piensas que algún día dominarás el universo, pero hay una pequeña estrella que nunca serás capaz de colonizar. La estela de mi fugacidad guiará a otros hasta su hogar y un mar de luz y chispas saltarinas envolverá a los guerreros más valientes. No somos los primeros amenazados con ser devorados por la oscuridad más abismal, pero no hay apisonadora que pueda aplanar nuestros sueños más irreductibles. Éste es sólo el comienzo de la reconquista menos medieval, el principio de una lucha sin principio ni final, el inicio de una nueva guerra de trincheras y granadas de mano, el primer paso hacia la luna más lejana. Nunca sabrás qué cometa te fulminó, pero antes de que te des cuenta tendrás mil partículas de luz ametralladas en tu corazón de latón.

Mi canción del día



"Baby won't you try to find me. Baby won't you try to fight. Baby won't you try to find me. Maybe it will be alright."

domingo, 14 de noviembre de 2010

La verdad acerca de la verdad

- ¿No quieres saber toda la verdad?

- La verdad es incompleta e inexacta. La verdad miente si no sabes leerla correctamente. La verdad es objetiva e impersonal y no sabe reflejar la verdad de lo que callamos.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Mi canción del día



"If the sea will start strong, maybe we had, maybe we had to fly. Was a good try...I'll learn to bury most beliefs. I have succeeded. I won't believe for long. I'm not supposed to show you. I've got two secrets, but I only told you one".

Manicomios

- El mundo está lleno de locos. Unos son divertidos e inofensivos y otros peligrosos y/o aburridos, pero a mí los únicos que me dan miedo son los cuerdos.
- ¿Por qué?
- Inventaron los manicomios y las camisas de fuerza, los electroshocks y los váliums y gritaron a los cuatro vientos que lo hacían para curar a los enfermos mentales. Lo cierto es que su única preocupación es exterminarlos y el día que lo consigan se acabará el mundo, porque sólo la locura de los enajenados mantiene a la Tierra girando sobre sí misma y en torno al Sol.
- Tranquilo, conmigo nunca acabarán.
- Pero tú estás más loca que nadie. Te aniquilarán a la menor ocasión.
- O puede que sea yo quien acabe con ellos.
- ¿Cómo?
- Sería una locura revelarte mi secreto más grande.
- Pues entonces cuéntamelo. Si no lo haces estarías actuando como si estuvieras cuerda.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El oficio de pensar

- Algunos deberían dedicarse profesionalmente y en exclusiva al oficio de pensar.
- Ya, pero nadie les pagaría por tan excelsa actividad.
- Pero les darían millones de euros por decirles a los demás lo que tienen que pensar.

Mi canción del día



Un concierto indie en un teatro tiene, a la fuerza, que ser algo especial. Si quien toca es Love of Lesbian y el escenario es la Sala Roja de los Teatros del Canal la cosa se pone más que interesante. Pero cuando estás allí sentada y salen Santi y Julián y comienza "Mi primera combustión" lo único que puedes pensar es que los 33 € de la entrada han merecido la pena. Las casi dos horas y media de después, el impecable sonido y las idas de cabeza de estos cracks sólo corroboran la primera impresión. Era una apuesta segura y no me defraudaron, más bien todo lo contrario. Se acaba "1999" y yo aún sigo embelesada con "Maniobras de escapismo".

"Di, di la verdad, llevas tiempo sin romper muñecos. Pasados unos meses alguien me ajustó de nuevo y queda un poco lejos cuando me incendiaste y ya soplaron las cenizas, volaron las cenizas".

Trinos

Tengo la cabeza llena de pájaros que pían canciones que nadie antes se ha atrevido nunca a cantar.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Cristasol

No hay Cristasol suficiente para limpiar los cadáveres de los mosquitos que se estrellaron en el cristal de tu coraza invisible.

martes, 2 de noviembre de 2010

Mi canción del día



Antes de morirme tengo que ir a un concierto en La Copera.

"Y si al final dormimos sin hablarlo no nos influirá de modo alguno. Y al despertar, si lo hemos olvidado, quizás no habrá final".

Árida indigestión literaria

Tu literatura es árida y esquiva, imposible de digerir sin tres Almax de por medio.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Mi canción del día



"Dame sólo una semana para decidir qué hago con el resto de mi vida. Dame sólo siete días para concentrar la fuerza y dar un salto al vacío."

Zumbidos

Insectos invisibles zumban en mis oídos y yo trato de matarlos a ciegas antes de que me revienten los tímpanos. Me acuerdo de ti y de mí y de la noche en que no caí y un mosquito jurásico al que no consigo ver me chupa medio litro de sangre emponzoñada con palabras envenenadas. El viento golpea mi ventana y me avisa de la llegada del otoño sin patriarca y yo sólo quiero oír el crujir de las hojas amarillas al terminar de morir pisoteadas por mis botas militares. Sus agónicos gritos suplicantes acallarán los demás zumbidos que me rodean y, por fin, podré cerrar los ojos y fingir que nunca te conocí.