martes, 23 de julio de 2013

Nocturno (III)

Quiero morderte de un bocado, apresarte entre mis dientes, triturarte despacio en la rueda de molino de mis muelas, hasta que no quede nada de ti, tan sólo un puñado de polvo y un exiguo reguero de sangre. Quiero reducirte a la nada y, una vez que nada seas, moldearte a mi imagen y semejanza, dotándote de la unicidad y singularidad que ahora te falta. Quiero sentirnos solos en este mar lleno de peces, ser incapaces de comprender a los que nadan a nuestro alrededor y que ellos sean incapaces de entender nuestro enigmático sistema respiratorio. Quiero quedarme quieta y dejar que sólo tú orbites entorno a mí, ambos suspendidos en estas aguas cenagosas en las que todos fingen saber a dónde van, aunque, en realidad, avancen a tientas. Quiero estar segura de que, contra viento y marea, permanecerás a mi lado, pero dudo a cada instante, dejando que mis lágrimas se ahoguen entre la espuma de la resaca nocturna de las noches sin luna.

martes, 16 de julio de 2013

Imposibilidades (IX)

Nadie entiende tus palabras, porque el tuyo es un idioma tan imposible como arcaico. Sólo tú conoces el significado de tus frases. Los demás sólo adivinamos tus emociones a través del grado de apertura de tus labios. Esta noche, tu boca es la más negra de todas las cavernas y yo sólo quiero introducirme dentro, habitarla algunas horas, buscar las sombras que describía Platón o el oso que hiberna en su interior. Ríes y, de repente, por fin, comprendo lo que sientes. No hay salida ni ruta de regreso. Si decido sumergirme en su helada oscuridad renunciaré a todo lo que hay fuera. Oigo cantos de sirena y el batir de las olas contra el casco de un barco hendido por un iceberg errante. Quiero saltar al mar o a la saliva que escupes cuando hablas con vehemencia. Quiero saber que tú también ardes en las llamas de este infierno. Quiero recoger los pedazos de tus estructuras semánticas más afiladas, ensamblarlos poco a poco, construyendo Torres Eiffeles inclinadas como en Pisa. Quiero que traduzcas simultáneamente mis silencios y que leas en Braille los deseos más ocultos de mi cuerpo. Quiero callar cuando te acerques y dejar que mi voz perezca a manos de tu lengua más vernácula. Quiero ser sin ser y hablar sólo un instante, antes de que ya no quede nada más que decir.

domingo, 14 de julio de 2013

Brujas (I)

Es una bruja camuflada, disfrazada de etérea y volátil hada, un monstruo envuelto en jirones de oro y pespuntes de plata. Nadie quiero verlo, porque no pueden entenderlo. Se miran en el espejo y, aunque no vean su reflejo, piensan que el problema reside en el azogue, no en el ente sin sombra que te mira y no te nombra.

Moon River


jueves, 11 de julio de 2013

Como siempre, al final, todos mueren

Este amor no existe. Es sólo el eco de un amor que surgió en un universo paralelo. El estruendo provocado por la explosión que le dio origen viajó a través del tiempo y del espacio, desafiando todas las leyes de la física, acortando la distancia y desordenando el concepto lineal de la sucesión de las noches y los días. Finalmente, llegó hasta aquí, hasta este mundo perdido en el que aún habitan dinosaurios de cuello largo y patas como troncos, enormes, pesados, lentos, jurásicos, desfasados y desubicados. Ellos no lo oyeron, porque sus oídos no han evolucionado lo suficiente como para captar la insondable musicalidad de los lamentos de los protagonistas de las tragedias shakesperianas. Pero nosotros, pequeños parásitos unicelulares, siempre atentos a las señales del destino, escuchamos la potencia del Big Bang, dejándonos envolver por la cadencia de su poética imposibilidad y, narcotizados por sus rítmicos acordes, creemos ser los protagonistas de este drama, en lugar de sus espectadores. Poco importa el orden de los factores. Como siempre, al final, todos mueren.

miércoles, 10 de julio de 2013

Imposibilidades (VIII)

Brindemos por los días que no pasaremos juntos, por el final de esta Era de abundancia y el inicio de la noche más oscura, por la persistencia de esta mancha que enturbia la primera luz del día, por el grito que atenaza la garganta y las frases calmadas, altas, seguras y claras que lo disfrazan, por la felicidad perdida, por los ecos fantasmales que reverberan en las cuatro paredes de este cuarto, por los condenados a la muerte del olvido y los malditos que portan el cetro de la Gloria, por los niños que no lloran y los recién nacidos que aún no han aprendido a reír, por los ilusos que aún piensan que, si tienes un motivo, encontrarás la forma de vivir.

martes, 9 de julio de 2013

Agujeros negros (II)

Un reloj señala la hora del desastre. El momento se acerca. Ni tú ni yo hacemos nada por evitarlo, más bien, todo lo contrario. Será divertido sumergirse en la nada, bracear en las aguas del agujero negro, respirar el vacío, sorber la ausencia de oxígeno. El reloj avanza. Nos miramos. Sonreímos. No vemos al niño que se acerca, que lo coge, que lo mira y que lo estrella contra el suelo. Se detiene el tiempo. Gritan nuestros cuerpos, ávidos de desgracias que justifiquen el dolor en el pecho y el nudo en el estómago. Vomitamos nuestra pena. Arañamos nuestras manos, tratando de asir ese atisbo de esperanza que sólo puede proporcionarnos el prójimo. El niño se aleja gateando. Aunque no lo parezca, sólo los bebés controlan su destino.

lunes, 8 de julio de 2013

Ejecución

Una cabeza rueda por el suelo. Un cuerpo acéfalo vomita la poca sangre que le queda dentro. La Reina de Picas ordenó su ejecución. No se dio cuenta de que su cerebro y su lengua seguirán funcionando aunque se pare el corazón. Sus ideas y sus palabras provocarán la revolución. Ya queda menos, Majestad. Su real testa caerá desde las alturas y desaparecerá entre las fauces de los cerdos.

sábado, 6 de julio de 2013

Policronía asintótica y absurda

Me dices que escriba, mientras tú dejas de hablar, convencido de que sólo yo seré capaz de convertir nuestro dolor en algo digno de contemplación. Pero, cuando tú enmudeces, se quiebra mi voz. Eres la semilla que nunca floreció y yo la lluvia que nunca te regó. Se oye un búho que ulula en el exterior. Suena a obertura de un adiós. Pienso que no quiero pensar más, porque las ideas me impiden respirar. Gruñen mis tripas. Crujen mis vértebras. Igual que el ataúd de Drácula. Como él, quisiera beber tu sangre, obligarte a circular físicamente por mis arterias (metafóricamente hace mucho tiempo que, como un torrente, fluyes por mis venas). Sentirte cerca. Sentirte dentro. Policronía asintótica y absurda. Vive por mí. Muere por ti. Los ilusos piensan que no es tan difícil ser feliz.

jueves, 4 de julio de 2013

Cataclismos (II)

Miré cara a cara a la gorgona, retando mi pupila a su pupila, pero no me convertí en piedra. Cual vampiros, sus cabellos de serpiente clavaron sus dientes en mi cuello y mis muñecas, pero su veneno no enturbió mi sangre. No hay escudo que nos proteja de los deseos de los dioses ni espejo que refracte el mal. Sólo nos queda rezar y cruzar los dedos para que los reyes de las nubes atiendan nuestras súplicas. No hace falta que cercenes ninguna cabeza. Quienes estén condenados a morir serán fulminados por un rayo.

miércoles, 3 de julio de 2013

Insectos (III)

Volverán las cucarachas al apagar todas las luces, pero ningún grito escapará de tu garganta. Dejarás que recorran la inerte carretera de tus piernas, trepando por tu tripa, por tu pecho y por tu cuello, alcanzando al fin el negro abismo de tu muda boca. Crujirán entre tus dientes y exhalarán su último hálito de vida torturadas en el ácido gástrico de tu estómago, incapaces de que su machacado cuerpo nade hasta una orilla que no existe. Sólo tienes que reprimir las náuseas y amordazar el terror que amenaza con dinamitar tus cuerdas vocales. Sólo tienes que callar y masticar. Si no te mueves, no se salvarán.

martes, 2 de julio de 2013

Sangre, barro, polvo

Si empiezo una guerra la termino. Si pierdo una batalla recojo mis pedazos y contraataco. Si el cuello de mi enemigo roza el filo de mi espada no desaprovecho la oportunidad de rasgarle la garganta, observando cómo se derrama su vida, mientras su sangre convierte en barro el polvo del suelo. Pero éste no es el caso. Fuiste tú quien me lanzó el guante y ahora esperas que sea yo quien deponga las armas y firme una paz sin condiciones, que me someta a la tiranía de tu arbitrio y te lama mansamente los pies mientras azotas mi maltrecha espalda. Si piensas que lo haré es que eres mucho más imbécil de lo que creía. Yo no moriré como la cobarde de Cleopatra. Podrás cogerme viva, pero ni me matarás ni seré tu esclava. Siempre habrá alguien dispuesto a morir por libertarme; pues, cuando yo fallezca, perecerá la esperanza de tus oprimidos. Pequeños actos de heroísmo que provocan cataclismos. El fin del imperialismo. Tiembla. Algún día mi mano, oculta entre las sombras, te empujará hacia el abismo.

lunes, 1 de julio de 2013

Allanamiento de morada

Anoche forzaste la cerradura de mis párpados, allanando mi inconsciente más dormido. Revolviste entre mis recuerdos olvidados, hurtando algunos de mis traumas reprimidos y casi todos mis sueños infantiles. Por la mañana, adulta violentada, sin pasado, ni patria, ni bandera, camino por la senda gris de los hombres que te roban el tiempo, ayudándoles a sustraer los irrepetibles segundos adolescentes de quienes aún no han alcanzado la mayoría de edad, extirpando los minutos ociosos de las vidas regaladas y encadenando a las mentes más preclaras a la esclavitud del incansable engranaje productivo. A mediodía me reuniré contigo en el altar de los novios putrefactos y daré ese sí quiero que siempre tuve miedo de pronunciar, pero que ya no me importa gritar; pues, aunque me case con el día, seguiré siendo amante de la noche. Incluso si nunca más vuelvo a cerrar los ojos.