Película que promete mucho más de lo que finalmente ofrece.
El tándem Cronenberg-Mortensen vuelve a funcionar a la perfección, pero sin alcanzar el nivel conseguido con "Una historia de violencia".
Lo mejor: la escena de los baños públicos, coreografía magistralmente desarrollada al más puro estilo del conocido director.
Veredicto: a pesar de todos los pesares merece la pena verla en pantalla grande.
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