Blog en el que buceo en universos paralelos distantes y distintos encerrados en el centro de un protón del núcleo del átomo de mi existencia.
martes, 31 de marzo de 2009
Historia de una lágrima
Sabe que ha llegado el momento de nacer, de vivir su efímera existencia, de enfrentarse al mundo y liberar el dolor que le atenaza el pecho y le impide respirar. Pero, por un instante, por uno, dos, quizás tres segundos, duda y recula. Sabe de sobra que Él no merece la pena y que debería retrasar el momento de su inmolación, pero Sus palabras son punzones puntiagudos que asesinan antes de que la herida comience a sangrar. Puede que sólo ella se atreva a salir al exterior o puede que algunas de sus hermanas gemelas decidan acompañarla. No le importa. No quiere seguir resistiéndose a la fuerza de la gravedad. Así que se deja ir y, aisladamente y sin ningún tipo de compañía, acaricia la encendida y furiosa mejilla de su dueña y lava todo rastro de un primer amor implacablemente cruel. Y se estrella contra el suelo, estallando en una lluvia de minúsculas gotas que salpican la acera y se integran en el aire contaminado de la gris ciudad. Y desaparece de un mundo que nunca comprendió del todo. Y, justo un momento antes de extinguirse, se da cuenta de lo equivocado que estaba Bécquer y comprende que, a pesar de ser agua, ella nunca llegará a fundirse con el inconstante e infinito mar; aunque, quizá, acabe donde el amor que se olvida o, simplemente, donde habite el olvido, justo al lado de la tumba de Luis Cernuda.
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2 comentarios:
Nunca había leído el caer de una lágrima de una manera tan poética. Es genial y de lo mejor que he leído esta semana.
Eestuve en Madrid este fin de semana.
PD: A veces las caras B tienen canciones más interesantes que los éxitos conocidos.
Un beso
Pues muchas gracias. Lo escribí hace ya algún tiempo y, en su momento me pareció bastante bueno, pero cuando ayer lo releí no me gustó tanto.
En fin, espero que lo pasaras bien por Madrid, a pesar del tiempo de mierda que hizo a partir del sábado por la tarde (nunca pensé que se pudiera estar a punto de morir en una parada de autobús y, digan lo que digan, la hipotermia es una muerte de todo menos dulce).
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