sábado, 5 de abril de 2025

El cuerpo

El cuerpo manda. Sabe lo que le conviene y lo que no. Se tensa ante la amenaza de aquello que lo desgarra desde dentro y se ablanda con la proximidad de todo lo que ansía. El cuerpo tiene razones que la razón no entiende. La carne SABE. El tacto recuerda. Tu mano se ancla a mi brazo porque ambos se pertenecen desde tiempos tan pretéritos como inciertos. Mis labios beben el sudor que exuda tu cuello porque no hay otro líquido capaz de saciar su sed hambrienta. El mundo no se da cuenta, pero cada vez que te me acercas pierdo e, inmediatamente después, recupero mi eje. Eres astro y satélite de mi infinito universo de imposibilidades, agujero negro que fagocita todo aquello en lo que yo creía que creía. ¿Nunca has soñado con los ojos abiertos? ¿Por qué desconfías de tales imágenes? LA VERDAD habita en las pupilas, no en el interior de los párpados. Por eso pestañeamos tanto. Necesitamos desdibujar el cuadro para continuar navegando en la mentira. Pero el cuerpo tiene razones que la razón no entiende y, cuando nos grita, atisbamos por un segundo la nitidez de la realidad que hemos tratado de ocultarnos y ese cristalino espectro nos perseguirá con saña hasta el día en que, por fin, VIVAMOS.

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