Te odio cada día un poquito más.
Te quiero cada día un poquito más.
Te echo de menos cada día un poquito más.
Necesito que el tiempo pase y al mismo tiempo que se detenga en este instante.
A veces pienso que no eres más que otro de mis caprichos, que si te tuviera me cansaría de ti.
Soy una niña malcriada a quien le niegan un juguete nuevo.
Soy una princesita consentida buscando a su príncipe encantado.
Soy una mujer atemporal que huye de la realidad.
Soy un pájaro enjaulado aleteando sin parar.
Ven hasta mí.
Ven pronto.
No tardes más.
Y cuando no vengas volveré a odiarte por no necesitarme.
Y cuando no vengas volveré a adorarte por no depender de mí.
Y cuando no vengas me odiaré por haberte esperado.
A veces fantaseo con la pareja que formaríamos: dos almas complementarias que por fin se han reunido, dos estrellas fugaces tratando de afirmarse en el firmamento, dos sinsentidos irracionales, dos estúpidos ilusos.
4 comentarios:
Has definido perfectamente una relación que sabes que te hace daño y no tiene futuro y a la vez, que necesitas.
El amor, como la vida, es un baile entre la luz y la sombra. Me ha gustado muchísimo. Besos.
¡Hola Anselmo! Muchas gracias por tu comentario; pero la verdad es que, aunque está escrito en primera persona, no se basa en una historia real, sino en una interpretación muy subjetiva de la relación entre Beatriz y Mónica, dos de las protagonistas de "Beatriz y los cuerpos celestes".
Y Nano, ya sabes que es un auténtico placer que leas lo que escribo y que encima te guste. Me apunto tu frase. ¡Besos!
Empecé ese libro hace tiempo y no lo terminé. No sé qué me pasa con la lectura últimamente.
Besos.
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