Y floto en la ingravidez de una noche sin luna, mientras cuento los días que quedan para el próximo eclipse de sol, incapaz de detener la arena del reloj de tu dulce indecisión. Y busco estrellas fugaces a las que pedir deseos imposibles de conceder y estrellas del norte que guíen mis titubeantes pasos al amanecer.
2 comentarios:
Me gustan mucho tus paranoias.
Esta era yo el sábado por la noche mirando al cielo y pensando.
Me alegro de que te guste lo que escribo. :)
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