jueves, 30 de septiembre de 2010

Mi canción del día



Porque no sólo de música indie vive el hombre.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Pensamientos de papel

Incapaz de dormir en tus brazos, me entrego a otras piernas que me aprisionen con más fuerza que tus manos errantes y vacilantes. Sé que no es la primera vez que salto desde tu ventana, tratando de volar lejos de tu nido, fingiendo que no me hundiré en el precipicio que me espera sin tus susurros de madrugada; pero tus pensamientos de papel comienzan a arder ante la proximidad de la cerilla de mi última duda existencial y me quedo a tu vera para calentarme con tu hoguera y sepultar el frío que me corta la piel cuando tus dedos no hurgan en mis entrañas. No habrá fuga de Alcatraz ni otros labios que desear, pero me conformo con tu mirada más mordaz y tu tacto más locuaz.

Mi canción del día



"¿Has escuchado la radio? No nos queda ni una canción. Todo es vacío y hueco. Ya no hay emoción. ¿Has escuchado la radio? Ya no ponen nuestra canción. Han condenado al hombre del espacio interior."

lunes, 27 de septiembre de 2010

Cortocircuito

1ª descarga: Tus ojos desnudándome tras una cortina de copos de nieve prenavideños.
2ª descarga: Tu sonrisa iluminando mi hastiado rostro.
3ª descarga: Tus palabras adivinando lo que mis oídos quieren escuchar.
4ª descarga: Tu olor derritiendo mi razón.
5ª descarga: Las cuerdas de tu guitarra traspasándome el corazón de parte a parte.
6ª descarga: Tus manos erizando mi remisa nuca.
7ª descarga: Tu lengua descerrajando mis labios sellados.
No necesitaste más para electrocutar todas mis células.

Mi canción del día



"¿Y qué si no me sale decirte la verdad?"

domingo, 26 de septiembre de 2010

Acuerdos y desacuerdos

No estoy de acuerdo con lo que haces, pero sí con tu forma de decirlo.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Mi canción del día



Porque esta noche los veré en el Eutopía, porque dormiré en el Hostal Granada y porque ésta es una de las mejores canciones que se han compuesto nunca.

"Y bailar con la muerte no es buen plan. Yo prefiero que me mates tú a bailar".

Marta

El melocotón es ácido y dulce al mismo tiempo; pero, sobre todo, naranja, como un atardecer de dibujos animados, como un sol de cuento de hadas, como el jersey de Carlos el día que Marta lo conoció. Afuera llueve con fuerza y rudeza y Marta no necesita llorar, porque el cielo ya se encarga de derramar sus lágrimas. Ha sido un mal día. Otro más. Otro menos. Es tarde y debería acostarse para anestesiar su dolor existencial y su gigantesco complejo de culpa, pero sabe que el insomnio de los que no tienen la conciencia tranquila le impedirá abandonarse plácidamente en los brazos de Morfeo. Así que hace oídos sordos a la lánguida invitación de su colchón de látex y esquiva el abrazo de las sábanas. Prefiere seguir comiendo melocotones, mientras recuerda el naranja del jersey de quien seguro que no se acuerda de ella.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Mi canción del día



"Me cansé de remover aceite y agua. En una sola vida, yo no aprendo nada. Y quien sepa más, que no lo diga".

Diamantes de sangre

Ten cuidado con sus ojos de diamante. Acabarán cortando tu alma de cristal.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Cristina

Camisa de cuadros, minifalda circular, botas triangulares, manos pentagonales, olfato hexagonal, oído heptagonal y ombligo octogonal. Cristina se sumerge en la noche para buscar a su otra mitad o a alguna alma decagonal. Lástima que nunca se le haya dado bien la geometría.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Ricardo

Seis meses después de que muriera el último enfermo, los escasos supervivientes seguían pensando que el peligro de morir como consecuencia de la inexplicable, a la par que desconocida, enfermedad era más que elevado. Nadie podía sentirse a salvo sabiendo que las reglas de la cuarentena ya habían fallado anteriormente. El mundo se dividía en dos tipos de personas: los que trataban de adivinar los días que les quedaban de vida y los que calculaban las horas que les restaban para morir. Y, luego, estaba Ricardo; que, tras haber sobrevivido a la rotunda negativa de Marian a salir con él, tres meses antes de que comenzara la pandemia exterminadora de la humanidad, se creía inmortal. Y es que no hay virus más letal que el del amor y quien se vuelve inmune al mismo es porque tiene un corazón a prueba de paradas cardiorrespiratorias e infartos varios.

martes, 14 de septiembre de 2010

Ampollas

No nos entendemos, no me entiendes y no te entiendo. Nos equivocamos, te equivocaste y me equivoqué. No deberíamos estar aquí, sino allí, pero ningún tren para en la estación desierta de lo que ya no se puede cambiar. Abandonamos las maletas en el andén y comenzamos nuestro largo viaje a pie. Nos sangrarán las ampollas de los pies que nos provocará la aridez de nuestro camino, mal elegido, pero siempre decidido, obstruido por todos nuestros desatinos.

Mi canción del día



"I hope you're feeling happy now. I see you feel no pain at all it seems. I wonder what you're doin' now. I wonder if you think of me at all. Do you still play the same moves now? Or are those special moods for someone else? I hope you're feeling happy now. Just because you feel good, doesn't make you right. Just because you feel good. Still want you here tonight".

lunes, 13 de septiembre de 2010

El mejor escondite

Si tienes algo de valor, escóndelo en un libro. Ya nadie se molesta en abrirlos. Ya nadie busca nada en ellos.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Un poco de baloncesto

Después de ver la derrota de España ante Argentina por 81-86 no paro de preguntarme lo siguiente:

- ¿Por qué San Emeterio no ha jugado más a lo largo del campeonato?

- ¿Por qué, después de la lesión de Calderón y teniendo en cuenta el bajo estado de forma de Ricky, Llull no ha jugado más minutos en Turquía?

- ¿Por qué Claver no ha jugado prácticamente nada?

- ¿Por qué Garbajosa, a pesar del estado de gracia en el que se encuentra, no ha jugado más?

- ¿Por qué, tras 4 derrotas en 9 partidos, no han destituido fulminantemente a Scariolo?

- ¿Por qué no le hacemos un monumento a Rudy?

Aunque, perdonen ustedes, que Sergio, el italiano, no el menorquín, dice que no es el momento de hacer balances. Sí, supongo que es mejor hacer balance dentro de tres años, cuando no tengamos la información fresquita y Scariolo nos haya hecho perder varias medallas más.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Hoy hay

Hay dudas en tus ojos que mis labios no pueden resolver. Hay un rencor infinito en tu forma de torcerme la cara y una cobardía gigantesca en mi manera de dislocarme el cuello mirando hacia otro lado. Hay anhelos en mis dedos que otros no pueden calmar. Hay una noche sin principio, pero con final. Hay mil millones de motivos para cortar contigo y una sola razón para pegarme a tu esternón: aquello que no nos decimos, pero que sentimos. Hay viñedos que no dan vino y trigales vacíos de trigo. Hay ríos que no llegan al mar y otros que se suicidan antes de brotar. Hay una vida sin ti y un vacío dentro de mí. Hay lluvia en mi mirada y nieve en tus entrañas. Hay una mina abandonada y una veta de oro nunca encontrada. Hay locos que son cuerdos y cuerdos que no controlan sus recuerdos. Hay ramos de rosas sin espinas y algodones borrachos de alcohol que no desinfectan las heridas. Hay uñas mordidas y hojas en la piscina. Hay viento huracanado que me embiste de costado. Hay brisa sibilina que actúa como penicilina. Hay quejas vespertinas y tostadas matutinas. Hay relojes que andan hacia atrás, otros que no dejan de avanzar y algunos que se paran sin más.

jueves, 9 de septiembre de 2010

MI chiste del día



Y: conjunción copulativa.

69: número copulativo.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Mi cita del día

"- Perder de verdad. No tanto como los jinetes de la división Pomorska, porque eso ya no tiene remedio, pero casi. Perder de tal forma que te quedes tirado en el suelo, y mires hacia arriba y digas: He perdido, y ahora cómo me levanto. Y a pesar de todo, levantarte".

Lorenzo Silva.

martes, 7 de septiembre de 2010

Mi canción del día



"No ves que ya no estás bien. Y lo camuflas alegremente, pese a que es inevitable que te derrumbes. Y tu principal deseo es exterminar lo insultante de aquella escena".

Gorka

Dicen que matar es fácil. Un fuerte golpe en la nuca, un disparo que alcanza algún órgano vital, un empujón desde la ventana de un 20º piso, una navaja que secciona las venas o las arterias adecuadas... El cuerpo humano es frágil y múltiples son los medios para obligarlo a dejar de respirar. Eso dicen, pero Gorka sabe que no es verdad. Algunas almas se aferran con uñas y dientes a su cuerpo, por muy destruido que esté éste, negándose rotundamente a abandonar este mundo. Gorka ha tenido suerte; porque, hasta hace poco, todas sus víctimas se habían dejado asesinar sin oponer ningún tipo de resistencia. 23 enemigos ideológicos y políticos aniquilados. Uno de los mejores currículos de la banda terrorista a la que Gorka pertenece desde los trece años. Y, entonces, apareció Mikel, convirtiéndose en la primera mancha de su inmaculado expediente. Bien es cierto que Mikel nunca estuvo en la lista de objetivos que sus jefes entregan a Gorka cada año; pero el hecho de no ser capaz de eliminar al primer y único asunto personal que se ha cruzado en su camino sólo aumenta su frustración. Gorka y sus secuaces destrozaron a conciencia el frágil cuerpo de Mikel. Lo golpearon y pisotearon con todas sus fuerzas y todos ellos habrían jurado sobre la Biblia que a ese amasijo informe de sangre, huesos rotos y órganos internos machacados y triturados al que había quedado reducido Mikel no le quedaban ni dos telediarios. Pero Mikel se obstinó en contradecir lo indubitable. Su alma se ancló a todas y cada una de sus células, infundiéndoles vida y obligándolas a cicatrizar sus heridas más mortales. Nadie entiende cómo ha podido superar lo insuperable y sobrevivir para contarlo, pero el padre de Gorka le advirtió que, algún día, una de sus víctimas se negaría a ser asesinada. Gorka siempre confió en que, si era lo suficientemente cuidadoso y contundente a la hora de ejecutar sus asesinatos, no tendría que enfrentarse a ninguna derrota de este tipo e ignoró la paterna advertencia. Por supuesto, esto es sólo una batalla perdida. Aún queda mucha guerra por delante. Mikel únicamente ha obtenido una pequeña prórroga, antes de que Gorka termine de ejecutar su sentencia de muerte. Mikel es uno entre un millón, la excepción que confirma la regla de que una herida o un golpe mortales son siempre mortales. Pero, entonces, después de que la última bomba colocada por Gorka segara la vida de siete personas, reafirmando a nuestro terrorista sin escrúpulos de conciencia en la idea de que él es más dios que Dios, pues puede matar a quien quiera, cuando quiera y como quiera, apareció Sara. Sara era un objetivo fácil. Una joven fiscal recién llegada a un pueblecito perdido del País Vasco que renunció a cualquier tipo de escolta, por considerarlo más un engorro que no le apetecía soportar que una verdadera y acuciante necesidad. Ordenada y metódica, Sara es de costumbres fijas e inamovibles, una perita en dulce para cualquiera que planee eliminarla de este mundo. Dos semanas de seguimiento fueron más que suficientes para que Gorka concluyera que el parking donde guardaba su coche al volver del trabajo, siempre a las 15:30 h, minuto arriba, minuto abajo, era el lugar idóneo para acabar con su vida sin ningún tipo de testigos, teniendo en cuenta la escasez de vehículos custodiados en aquel garaje privado. El jueves 29 de julio de 2.010 fue el día fijado para ejecutar la inexorable sentencia de muerte. A las 15:30 h, haciendo gala de una puntualidad más británica que española, Sara entró en su cadalso. A las 15:31 h, apagó el motor de su Audi A3, recogió sus cosas y salió del coche. A las 15:32 h, Gorka surgió de detrás de una columna y la apuntó con una de sus pistolas favoritas. Los tiros en la nuca vienen bien para foguearse al principio, pero Gorka ya había llegado, hace tiempo, al punto en el que ver el terror ante una muerte inminente reflejado en la cara de sus víctimas es lo único capaz de incrementar los niveles de adrenalina en sangre. A las 15:33 h, sin entender la estúpida sonrisa de autosuficiencia que iluminaba la cara de Sara, Gorka apretó el gatillo, pero nada ocurrió. A las 15:34 h, Gorka, tremendamente enfurecido, apretó el gatillo por segunda vez, pero tampoco ocurrió nada en esta ocasión. A las 15:35 h, Gorka apretó el gatillo 20 veces seguidas sin que ninguna bala se decidiera a volar los sesos de una, cada vez más, divertida Sara. A las 15:36 h, la condenada a muerte, muerta de risa, preguntó: “¿Puedo irme ya?” A las 15:37 h, Gorka disparó al aire y una rápida y decidida bala se empotró en el techo del parking convertido en cadalso de una ejecución que no terminaba de ejecutarse. A las 15:38 h, Gorka volvió a apuntar a la frente de Sara y apretó el gatillo por enésima vez y, por enésima vez, nada ocurrió. A las 15:39 h, Sara volvió a abrir la boca para decir: “¿Por qué no colocas el cañón de la pistola en tu sien y disparas, a ver qué pasa?”. A las 15:40 h, mientras todo en lo que creía se desmoronaba, Gorka articuló un débil y casi ininteligible “¿Qué?”. A las 15:41 h, Sara contestó: “Yo me apostaría lo que quieras a que yo acabaría con la cara pringada de tu enfermiza sangre de asesino impenitente”. A las 15:42 h, Gorka volvió a disparar al techo, otra bala abandonó el cañón de su pistola y, al volver a disparar el arma contra Sara, no se produjo ninguna detonación. A las 15:43 h, Gorka, a punto de echarse a llorar, preguntó: “¿Pero qué cojones es esto? ¡No lo entiendo! ¡No puedo entenderlo!”. “Pues no seré yo quien te lo explique, que tengo que hacerme la comida y ya me has hecho perder demasiado tiempo”, contestó Sara, mientras echaba a andar hacia la puerta. A las 15:44 h, Gorka la agarró del brazo violentamente y le espetó: “O me dices ahora mismo qué es todo esto o te juro que te mato”. A las 15:45 h, Sara, mirando de manera desafiante a su proyecto de verdugo, respondió: “¿Si no te lo explico me matas? ¿Y qué es lo que has estado intentando hacer todo este tiempo?”. A las 15:46 h, Sara apartó a Gorka de su camino y salió tranquilamente del parking. A las 15:47 h, Gorka seguía sin entender nada. A las 15:48 h, Gorka no sabía qué hacer. A las 15:49 h, Gorka se acordó de Mikel y una rabia incontrolable se apoderó de todo su ser. A las 15:50 h, Gorka salió a la calle y mató a tres personas que tenían la mala suerte de pasar por allí en ese momento. A las 15:51 h, Gorka comenzó a llorar desconsoladamente. A las 16:18 h, Gorka fue arrestado y conducido a la comisaría más cercana. A las 10:05 h del jueves 2 de septiembre de 2.010, Gorka, tras haber sido sometido a múltiples exámenes psiquiátricos, fue internado en un manicomio. Hablaba de milagros y de la crueldad divina, de la fragilidad de algunas existencias y la indestructibilidad de otras vidas, del destino y la fuerza de los hados, de la insignificancia del ser humano y de otros temas filosóficos que nadie en su sano juicio se atrevería a cuestionar hoy en día. No dormía por las noches y gritaba a deshoras gritos ininteligibles e infernales. Deseaba morir con todas sus fuerzas para dejar de oír las socarronas voces que poblaban su cabeza. Desgraciadamente para él, aún no había llegado su hora.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Teruel

Esta ciudad es lo suficientemente pequeña como para impedir que nos crucemos por casualidad. Sólo en las grandes urbes se producen encuentros inesperados, improbables e indeseados.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Rosas y cerezas

Ya no me quedan ganas de llorar en tu funeral. Me sentaré a ver cómo se marchitan las cerezas de tu rosal, mientras recojo las rosas incendiadas del llameante cerezo y sello tus labios apagados y sombríos con un último rezo. Se nos acabó el sexo y el nexo de unión entre tu parado corazón y mi desbocado jergón.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Hoguera crepuscular

Crees que puedes encerrar todo el dolor de tu corazón en una pompa de jabón, soplar despacio para que se aleje de ti y cruzar los dedos para que nunca estalle, esparciendo su amargo contenido. Crees que es fácil olvidar, dejarlo todo atrás, ser valiente y avanzar, pero ésa no es la verdad. Mírame a la cara y dime que nunca jamás te arrepentirás, que no hay más tela que cortar, ni heridas que cicatrizar. Dime lo que debería escuchar y no lo que deseo con ansiedad. Sonríe despacio mientras aumentas el espacio entre mi ombligo y tu abrigo. Cuenta hasta diez y conviértete en pez. Nada lejos de mi mar y sumérgete en la inmensidad de un mundo sin mi complicidad. Tú y tus ganas de volver a empezar, de eliminar todo aquello que se puede borrar sin pestañear. Yo y mis ganas de continuar aferrada a los suspiros que se van. Escucha los latidos de la hoguera crepuscular, el olor de la madera al estallar, las cenizas que no se pueden aspirar. Es sencillo malgastar lo que no se quiere conservar. Es inútil vigilar a quien se quiere escapar. Es absurdo sentarse y rezar para que la tierra cese de girar.

jueves, 2 de septiembre de 2010

La noche y el día

Hueles a humo y alcohol, a sábado de madrugada, a excusas mal inventadas y mentiras no disimuladas. Yo huelo a vapor de agua y té con leche, a mañana recién comenzada, a obviedades no escuchadas y verdades silenciadas. Nos olisqueamos fugazmente al cruzarnos por el pasillo de nuestro piso inabarcable y fingimos que no olemos la esencia de lo que nos separa y el aroma de lo que nos ata. Yo salgo a enfrentarme al mundo y tú te acuestas para olvidar tu última derrota. Líneas tangentes que deberían ser paralelas, órganos olfativos que deberían atrofiarse, labios que se cierran y se niegan a saborearse, manos que tocan otras manos mientras añoran los dedos a los que pertenecen, listas de cosas que se quieren decir y que se olvidan en el cajón de las palabras que nunca serán pronunciadas. Mi vida lejos de tu cama. Tu cama lejos de mi vida. La noche y el día. La razón y la utopía.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Lentejas

Abrí la lata de lentejas, le quité el caldo y decidí que me quería morir al no encontrarte junto a mí. Buscaré en el fondo de hojalata el reflejo de tu sonrisa o el vaho de tu aliento y si no los encuentro sumergiré la cabeza en el fregadero hasta que se me laven las ideas y se me ahoguen los sentimientos amorosos y los labios perezosos. Y ahora me arrepiento de no tener una trituradora que machaque mis ganas de abrazarte y de rozarte hasta desgastarte o hasta agotarte. Y compraré más paños de cocina en los que secarme las manos inmaculadas que siempre quisieron ser manchadas con tus deseos más sucios y tus fantasías más negras.

Mi canción del día



"Si tengo que saltar y no hay nada debajo. El suicidio sin razón. Dicen que aquí estaré. Si te atreves, aplástame. Y no me apartaré, como en Tiananmen".