Blog en el que buceo en universos paralelos distantes y distintos encerrados en el centro de un protón del núcleo del átomo de mi existencia.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Ricardo
Seis meses después de que muriera el último enfermo, los escasos supervivientes seguían pensando que el peligro de morir como consecuencia de la inexplicable, a la par que desconocida, enfermedad era más que elevado. Nadie podía sentirse a salvo sabiendo que las reglas de la cuarentena ya habían fallado anteriormente. El mundo se dividía en dos tipos de personas: los que trataban de adivinar los días que les quedaban de vida y los que calculaban las horas que les restaban para morir. Y, luego, estaba Ricardo; que, tras haber sobrevivido a la rotunda negativa de Marian a salir con él, tres meses antes de que comenzara la pandemia exterminadora de la humanidad, se creía inmortal. Y es que no hay virus más letal que el del amor y quien se vuelve inmune al mismo es porque tiene un corazón a prueba de paradas cardiorrespiratorias e infartos varios.
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