- Lo siento muchísimo, pero hoy no puedo quedar. Tengo que dar de comer a mi alma.
- ¿Es carnívora o herbívora?
- Supongo que omnívora.
- ¿Y cuál es el menú que le tienes preparado?
- Pues, de entrante, le suministraré un episodio de la funeraria de los Fisher. Después, de primer plato, le daré dos horas de las peripecias de Holden Caulfield. De segundo, 130 minutos en blanco y negro intentando adivinar el nombre de una protagonista anónima que huye del fantasma de la arpía de doble c y tiembla ante la mirada helada e inquisitiva de una simple ama de llaves. Y, por último, de postre, 9 crímenes cantados por un Damien menos satánico que el de “La profecía”, pero igual de inquietante.
- Tienes suerte. Mi alma sólo se alimenta de tardes de lluvia y ámbar prehistórico.
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