miércoles, 13 de octubre de 2010

Princesas de plastilina y príncipes de estricnina

Puede que esté sangrando, pero no soy consciente de ello. Puede que mi mundo se esté hundiendo, pero no puedo verlo. Puede que todo haya terminado, pero no sé cómo aceptarlo. Puede que la esperanza escapara de la caja de Pandora, pero esta vez no fui yo quien abrió la tapa. Puede que no quede nada y que esa nada nos devore de un solo y rápido bocado. O puede que seamos capaces de construir castillos de papel habitados por princesas de plastilina y príncipes de estricnina. Puede que nuestra imaginación nos salve de la hemorragia, del naufragio, del final y de la nada y nos conduzca en volandas hasta el reino de las nubes y puede que allí, por fin, podamos dormir un sueño sin pesadillas pobladas de bocinas homicidas y dientes pestilentes. Un lecho de algodón recién cosechado acunará nuestros recelos y acallará nuestros miedos y sabremos que podemos tocar el cielo con sólo alargar la punta de los dedos.

No hay comentarios: