Ahora me voy antes de llegar, sin que te des cuenta, soslayando tu insistencia.
No fuiste tú, fue tu despedida la que partió mi corazón en dos o en tres.
Y tu regreso me sorbió el seso o algo de eso.
La palabra tabú se atraganta en tus oídos y no eres capaz de asimilar el exceso de información.
Las teclas se me atrancan y tus caricias se me atascan.
Se hace tarde y no quiero hacer más alarde de la soledad acompañada que une las alianzas recién casadas y las almas divorciadas de parejas pecaminosas.
No era esto lo que quería decir, así que apago el ordenador y cuento 32.
Ya me siento mejor, porque sé que tú te sientes peor.
Odio la venganza del día de matanza, pero adoro la sangre fría del asesino espía.
¿Forma o contenido?
Sólo los detalles importan y dan entidad al texto de tu desamor y a los árboles en flor.
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