Dices que quieres contarme, pero no puedes narrar mi historia, porque mi historia no es mi historia, sino la historia de una huida coja y asmática, de una fuga de pierna amputada y pulmones tartamudos, de una carrera descalza y respiración llena de ampollas. Dices que quieres contarme, pero no serás capaz de calcular todos mis secretos, de contener mis vidas pasadas en los dedos de tus manos, de numerar todos los rincones de mi cuerpo que aún no ha colonizado la punta de tu lengua. Dices que quieres contarme, pero yo sólo quiero que te calles, hasta que enmudezcan las cifras que sirven de horca a mis metáforas y no sea posible expresar el amor en forma de ecuación matemática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario