"Señores, ya sabéis que las finanzas del Estado no se tenían de pie más que por la costumbre de hacerlo. Desde ayer, ni la costumbre basta ya a sustentarlas. Me veo, pues, en la dolorosa necesidad de proceder a compresiones de personal. Con un espíritu de sacrificio que estoy seguro sabréis apreciar he decidido reducir mi servidumbre, liberar a algunos esclavos y afectaros a mi servicio doméstico".
Albert Camus, "Calígula".
No sé por qué, pero el anterior discurso me recuerda demasiado al pronunciado por otro demente con complejo de Dios el pasado 12 de mayo. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario