Blog en el que buceo en universos paralelos distantes y distintos encerrados en el centro de un protón del núcleo del átomo de mi existencia.
domingo, 2 de mayo de 2010
Nerea
Nerea tiene dedos de Audrey Hepburn en "Desayuno con diamantes", pero sus falanges no aprisionan ningún cigarrillo y sus largas y cuidadas uñas, pintadas de sangre de toro, no rascan el lomo de ningún gato sin dueño. Sí va en un taxi que recorre la columna vertebral de una gran ciudad, sentada al lado de un caballero andante al que trata de dar esquinazo a cada minuto, pero que nunca la deja terminar de fugarse. Tiene miedo y ganas de llorar, pero a las chicas fuertes que fingen no tener corazón no se les permite derramar ni media lágrima. El caballero andante intuye demasiado bien la tragedia de su vida, la angustia de su alma y la confusión de su cabeza y acaricia ligeramente sus manos de mujer fatal, lo que provoca un estremecimiento en sus piernas bifurcadas en dos tacones de aguja. Nerea necesita saltar del taxi y correr bajo una lluvia que camufle el torrente de dolor que amenaza con lavar sus ojos enmarcados en rímel y su cara maquillada hace dos horas, pero un brillante sol de mayo luce en un cielo azul turquesa e impide el final adecuado para esta película. Por eso aprieta los dientes, se muerde la lengua y mira orgullosa hacia el frente, tratando de borrar de su lado a quien nunca debería habérsele acercado. Pero él se inclina hacia la izquierda y le susurra al oído lo que ella no quiere, pero necesita escuchar; las palabras malditas que muchos dispararon antes, pero que sólo ahora son y serán sinceras. Nerea se ahoga y comienza a hiperventilar. Cierra los ojos y se visualiza bajo una cascada celestial buscando un gato inexistente. El final, por todos conocido, es bonito, pero indeseado e indeseable. Traga saliva, recupera el control sobre sí misma, se coloca la máscara de Gilda y vocaliza con una dicción perfecta la mentira más grande jamás inventada. El caballero se ríe con ganas ante semejante farol y le promete a la dama que, algún día, le enseñará a jugar bien al póker.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Me siento exactamente así.
Besos.
Nad.
¿Cómo Nerea o cómo el caballero andante?
PD: ¿Nad?
Publicar un comentario