miércoles, 26 de mayo de 2010

Nude

Ya no sé desabrocharme la camisa sin la ayuda de tus dedos, ni consigo desprenderme de mi falda sin que tu mirada la deslice por mis piernas. Se me olvidó cómo se habla sin que tu inteligencia contemple mis palabras y sólo me quedan silencios grises que nublan mi corazón en ruinas. Un viento de hielo cristaliza las lágrimas que inundan mi rostro y se congela mi esperanza de derretir tus sentimientos de granito. Me tumbo en la cama de tu abandono y recuerdo tus caricias escapistas y tus besos errantes. Encontraste agua donde otros vieron piedras y no dejo de pensar que sólo tú lograrías leer el mapa de mis tesoros más ocultos. Rastreo las huellas de tu huida, pero no logro descifrar los jeroglíficos de tu caja de seguridad. Y ahora trato de olvidar el número de tu portal, la celda de tu panal y el asiento de la barra de tu bar; mientras escribo palabras torcidas en el papel cuadriculado de tus silencios atronadores. La resaca del mar de tu mirada me arrastra tras de ti, alejándome de la segura orilla de lo que todos esperan de mí y ahora trato de decidir si me convierto en sirena de tierra o en bucanera de los siete mares.

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