Y el viento agita los árboles.
El rumor de las hojas llega hasta mí, pero no logro entender lo que dicen.
Me tumbo en la hierba y miro el cielo azul.
Dejo la mente en blanco.
Cierro los ojos, pero aún sigo viendo la luminosidad de un sol radiante.
Abro los ojos y me incorporo.
Busco a alguien a mi alrededor, pero sólo veo unas laboriosas hormigas y unos amorosos pájaros.
La primavera ha llegado al parque, pero no a mi corazón.
Quiero que llueva, quiero empaparme, pero ni una nube se atisba en el horizonte.
Así que me levanto y decido volver a casa para darme una ducha.
Sólo el agua puede lavar estos sentimientos.
1 comentario:
No busques la primavera en tu corazón,
tu ya eres primavera.
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