Por fin llegó el verano a la capital.
Y mientras la temperatura aumenta, yo, mujer de sangre fría, comienzo a moverme en mi auténtico elemento.
Atrás quedaron los días de lluvia, viento y frío.
Me enfundo mi vestido del rastro y salgo de mi cueva.
Comienzo a pasear por las tórridas calles y disfruto del bochorno mientras los lugareños buscan el alivio de los aires acondicionados.
No llegaremos a los 40º, por mucho que la gente se queje del sofocante calor.
Para calor el de mi tierra.
El lunes estaré en Linares, donde se superarán ampliamente las cuatro decenas.
Saldré a la calle a las cuatro de la tarde y disfrutaré contemplando la corporeidad del calor andaluz.
Sudaré y beberé agua sin parar.
Sólo de imaginarlo ya comienzo a disfrutar.
Adoro las altas teperaturas porque sé cómo manejarlas.
Es el frío lo que no soporto, por mucha ropa de abrigo que me ponga.
Y luego están las noches linarenses, en las que la temperatura es prácticamente coincidente con la del día, en las que no existe ninguna brisa capaz de calmar los sofocos nocturnos.
Y es que el verano es mi estación, el momento en el que más disfruto.
Y, por fin, puedo gozar de él.
2 comentarios:
Todo lo contrario a mí, que no me gusta el verano. Pero más que nada es por el tiempo libre que hay que no sé en qué ocupar. Por cierto, no te hacía andaluza, me has dao una alegría, lo bueno abunda. Saludos.
Pero muy bien mi niña !!!!!
Disfruta del sol, los paseos, el calor andaluz, las noches linarenses, y todo lo que tanto te gusta.
Ojala tengas un verano maravilloso !!!!!!
Es el deseo de:
CarlosHugoBecerra (desde Melilla)
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