Jugueteas nerviosamente con la fina redecilla que cubre mis piernas, intentando pescarme entre tus brazos.
Y yo, cual ágil anguila, me escurro entre tus dedos y escapo de tus manos.
Y, mientras seleccionas el anzuelo adecuado para mí, nado a contracorriente buscando el nacimiento de un río sin principio ni final.
El experto pescador con una paciencia ilimitada no se conforma con cualquier captura.
Y me escondo entre las piedras del lecho del río, intentando mimetizarme con el ambiente, intentando pasar desapercibida.
¿Hasta dónde estás dispuesto a mojarte?
¿Cuánto tiempo podré respirar fuera del agua?
2 comentarios:
Curiosa historia. ¿Es un aunque te quiero huyo por miedo a la relación? o ¿te pongo a prueba hasta donde eres capaz de llegar?. Es una bonita metáfora. Besos
Aunque no lo creas, la primera frase se me ocurrió en clase de Derecho Tributario (una que se aburre mucho y le da por imaginar tonterías) y el resto me salió solo cuando me puse a escribirlo por la noche. Supongo que es una metáfora, aunque no sepa muy bien de qué. Y supongo que es una mezcla de huyo por miedo a la relación y te pongo a prueba para ver hasta dónde eres capaz de llegar.
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