jueves, 22 de septiembre de 2011

Exhumación

Rescato las palabras enterradas, les limpio la tierra oxidada, las lavo y las seco al sol. Algunas aparecen descoloridas, otras marchitas y arrugadas, otras agusanadas y enlodadas, sólo algunas permanecen incorruptas, resistentes al paso del tiempo y a todo tipo de putrefacción. Sólo ellas merecen volver a respirar. Las demás retornarán al infierno de lo que nunca se debió expresar, de lo que no merece la pena recordar, de lo que es mejor volver a sepultar. Sólo las elegidas perdurarán, inscritas en el mármol de mi estela sepulcral, tatuadas en tu piel cuarteada por la sal, dibujadas en el aire que no paramos de exhalar, suspendidas en las nubes que coronan Nunca Jamás, titilantes en un cielo de papel albal, rutilantes e ignorantes de cómo se llega al mar.

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