Aún me falta valor. Todavía soy presa del miedo. Me miro al espejo y soy incapaz de cruzar al otro lado. Alicia se ríe de mí, mientras Lewis Carroll sigue tejiendo acertijos indescifrados. Vuelvo a la cama y entierro la cabeza entre las sábanas. No lloro. Sólo me asfixio. Sin que yo te lo pida, me rescatas del frío de esta medianoche, que hiere sin llegar al filo. Zumba despacio tu abeja en mi oído. Son sólo palabras, pero me han mordido. Son sólo imágenes, pero me han vencido. Aún me falta valor. Todavía soy presa del miedo. Pero cierro los ojos y pulso el botón. Cuando los abro, sólo tú has iniciado la reconstrucción.
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