Eres parte del error, un pedazo del desastre, la pieza que desencaja todo el puzle. Cuando me fui no quisiste saber nada de mí o puede que me fuera porque, ya antes de partir, no querías saber nada de mí. Fingí que no había nada que perder; cuando, en realidad, ya tenía todo lo que podía ganar. Se destruirá la noche y arderá la aurora, pero nunca amanecerá en el interior de mis párpados. Aunque no sepas lo que pasa, cuando se nubla tu vista es porque la sombra de mi recuerdo sobrevuela tu cerebro.
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