¿Cuántos sueños olvidados yacen en el fondo de tu cama, anclados a los muelles de tu colchón, entretejidos en el algodón de tus sábanas? Eso es lo que soy yo, un sueño olvidado encerrado a cal y canto en un cajón de tu mesilla de noche. Tal vez alguien encuentre la llave que abre la caja de Pandora y hasta la esperanza será esquiva al tacto de tu mejilla. Ven, siéntate en la silla y léeme el libro de las mil y una maravillas, moldéame con arcilla a través de la mirilla que separa tu boca de mi pantorrilla, mezcla mi barro con tu saliva y crea un nudo indestructible que me ate por siempre al cinturón de tu trabilla. Conviérteme en tu mejor pesadilla y, cuando despiertes, estrangúlate entre los agujeros de mis medias de rejilla. Sólo cuando te falte el aire estarás a más de mil millas del pantano de mi retina.
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