- ¿Por qué nunca me miras fijamente a los ojos?
- ¡Vaya tontería! Sí que lo hago.
- No mientas, nunca lo haces. De hecho, siempre que nuestras miradas se cruzan, desvías rápidamente la vista hacia otro sitio, como si mis ojos quemasen. ¿De qué tienes tanto miedo? No soy ningún basilisco. Puedes mirarme tranquilamente sin convertirte en piedra.
- No estoy tan seguro.
- Habla con cualquiera. Todavía no he conseguido petrificar a nadie, por más que me hubiera gustado hacerlo con más de uno.
- No deberías subestimar el poder de tu mirada. Tiene algo de hipnótica.
- ¡Oh, sí! Soy un gran faquir. Haces bien en no mirarme o podría llegar a controlar tu voluntad. ¡Ja, ja, ja! Ahora en serio, ¿tienes algún problema conmigo?
- Depende de lo que entiendas por problema...
- ¿Quieres dejar de marear la perdiz y decirme qué coño te pasa conmigo?
- No lo sé. Imagino que el problema es que me gusta observarte en la distancia, pero la cosa se complica en el cara a cara. Eres una tía demasiado lista y, sí, tu mirada quema y mucho.
- ¿Que mi mirada quema?
- Sí y llega directa hasta el alma. Ése es el verdadero problema. Tengo demasiado miedo de que me conozcas, de que puedas leer en mi corazón, de que llegues a descubrir mis más íntimos secretos, aquello que no me he atrevido a contar a nadie, aquello que ni siquiera me atrevo a admitir ante mí mismo. Y, sí, tienes algo de faquir. He visto a demasiados tíos caer hipnotizados en el centro de tus negras pupilas y no quiero ser uno de ellos. Lo siento mucho, pero no me dejaré atrapar por ti.
- Pero yo nunca he querido atraparte...
- Eso no importa. Hay personas capaces de hechizar a los demás sin darse cuenta, sin ni siquiera pretenderlo y tú eres una de ellas, aunque nunca lo hayas notado. También existen brujas que no son conscientes de sus poderes sobrenaturales.
- ¿Crees que soy una bruja?
- Una bruja buena, que son las peores.
- ¿Por qué?
- Porque la magia blanca siempre es más poderosa que la negra y sus hechizos son prácticamente imposibles de romper.
- Si tan bien conoces mis poderes debe ser porque has sido una víctima más de los mismos.
- Mientras no bucee mucho tiempo en tu mirada todavía habrá alguna esperanza. Puedo olvidar la musicalidad de tu risa, la cadencia de tus movimientos, la magia de tus palabras. Son tus ojos los que me aterran: el negro de tus pupilas, la miel de tu iris, tus alargadas pestañas y la corriente eléctrica que recorre todas las células de mi cuerpo cada vez que nuestras miradas se entrecruzan un segundo en el espacio, cada vez que me asomo tímidamente a las simas de tu universo, cada vez que navegas momentáneamente en las profundidades de mi ser.
2 comentarios:
A mí me gusta mirar a los ojos!
me pasaré por tu blog amenudo ;)
bsos
guau, qué chulo!
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