Hace mucho tiempo me preguntaste por qué no podíamos estar juntos. Puede que sea demasiado tarde para contestar, pero hoy te lo diré. Nunca te podré querer de la forma en que tú me quieres a mí. Yo estoy enamorada de tus palabras, pero no de ti. Tú estás enamorado de mis silencios, pero no de mí. Si no nos hubieran cortado la lengua, quizá podríamos haber alcanzado algún tipo de equilibrio inestable. Si no fuéramos mudos, podría gritarte: ¡NO TE CALLES!
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