Cuando llegaron las termitas, tú ya te habías convertido en piedra. Besaron tus muñecas, pero no encontraron ni una partícula de madera que llevarse a la boca. Te abandonaron y devoraron otros cuerpos más porosos y barnizados, que flotaban en el agua a la deriva, mientras tú, pesado granito, te hundías sin remedio entre las olas que azotaban los restos del naufragio. Saber nadar no te sirvió de nada. El mar te sepultó viva, mientras otros morían roídos por los implacables isópteros. Las víctimas no emitieron ninguna queja ni protesta, anestesiadas por el placer que provoca entregar el cuerpo propio al cuerpo ajeno. Tus gritos se ahogaron en un agua poco proclive a trasmitir el sonido del terror. Lloraste. También las rocas derraman lágrimas, pero todos las confunden con gotas de rocío. Ahora sólo tienes que esperar a que la Gran Sequía te devuelva a la superficie, una vez evaporado el hábitat de las algas que ahora te sirven de sudario. No es la primera vez que ocurre. Escucha. Aún hay peces que recuerdan cómo se formaron los océanos y el significado de los ríos que riegan las tierras baldías. Te esfuerzas en convertirte en corcho para poder hacer el muerto hasta la orilla, sin darte cuenta de que es la densidad de tus sueños la que te impide respirar un átomo de oxígeno que no esté ligado a dos de hidrógeno. Vivir es esto. Morir, lo otro.
4 comentarios:
Hay algo tan erótico en este ahogamiento que creo/quiero poder respirar H2O.
Puede que sea más bonito naufragar que navegar.
No sé si es más bonito naufragar que navegar, pero sí sé que, a veces, nos empeñamos en evitar el naufragio, cuando lo que deberíamos hacer es aprender a respirar bajo el agua.
"Soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie" decía el Dúo Dinámico. ¿Estoy citando al Dúo Dinámico? Dioses, con lo buena que es la entrada...
¿El Dúo Dinámico? Creo que acabas de perder cualquier tipo de credibilidad. :P
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