26 de febrero de 2734:
¡Entregar un importante mensaje! ¡Eso es lo que me encargaron!
A medida que pasan las horas, mi mente parece más despejada y poco a poco consigo rescatar algunos recuerdos.
No obstante, aún soy incapaz de recordar el contenido del mensaje o quién era su destinatario. En realidad, ni siquiera soy capaz de recordar quién me lo entregó.
1 comentario:
Ya me están intrigando estas historias cortitas. Saludos.
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