Tratas de espiar la pequeña arritmia que rige los latidos de mi corazón, pero por mucha información que recopiles sobre las fuerzas y debilidades de mis ventrículos, nunca sabrás qué hay de mentira y de verdad en lo que escribo, ni lo que esconden los puntos suspensivos de todo lo que digo. Tomarás fotografías equívocas de la máscara que oculta mi auténtico rostro y mi sonrisa más secreta. Pensarás que lo comprendes todo, aunque nada entiendas y tratarás de hundirme sin darte cuenta de que respiro mejor debajo del agua que en la superficie. Te perderás entre los datos objetivos que dibujan mi perfil, sin darte cuenta de que sólo mi cambiante sombra es un reflejo de mi alma oscura. Creerás que me conoces, que puedes predecir todos y cada uno de mis pasos. Intentarás minar mi camino, sin ser consciente de que son mis pies y no mi cabeza quienes deciden mi destino. Sobreviviré a tu Hiroshima y Nagasaki. Ninguna de tus bombas atómicas rozará su objetivo. Fracasarán todos tus planes maquiavélicos. Impotente e ignorante revisarás tus precisos cálculos econométricos, convencido de que detectarás con facilidad el error de tu modelo, sin darte cuenta de que hay personas que no se inclinan ante el poder de la Estadística. Continúa intentándolo. Puede que algún día aciertes por AZAR, pero será sólo una bala perdida que se estrella en la diana, un fallo del sistema que nunca serás capaz de racionalizar y, burlándose de ti, incluso mi cadáver te habrá vencido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario