Pienso en todas las derrotas anteriores, en el dolor y las lágrimas que provocaron. Querría que desaparecieran, pero sé que si no hubieran existido no estaría aquí. Algunos creen que soy fuerte. Otros que extraordinariamente débil, frágil, vulnerable. Ninguno de ellos tiene razón, porque ninguno sabe lo que cuesta, lo que escuece, lo que hiere. Sé que me levantaré de ésta, siempre lo hago, por difícil que parezca, incluso cuando deseo que mi cara permanezca pegada al asfalto, respirando el sudor de los vencidos, algo tira de mí, irguiéndome, empujándome, espoleándome. No quiero seguir luchando, pero, si me rindo, ellos habrán ganado.
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