Estoy atada a una columna. Trato de romper el nudo, pero no puedo. Alguien grita dentro de mí. La luna llena enseña los colmillos, sedienta de sangre. Esta noche acabará por tragarme de un bocado. No puedo correr. Es imposible huir. La columna pesa demasiado para poder arrastrarla tras de mí. Corta la cuerda o, al menos, inténtalo. No importa el resultado. Sólo necesito saber que hay alguien dispuesto a rescatarme. Cada día que pasa es un latigazo en el centro de la espalda. La carne se desprende poco a poco, cayendo al suelo como la fruta excesivamente madura. Pronto sólo quedará el hueso y, entonces, ¿qué? ¿Cómo seguiré ocultando la verdad? Que yo no soy como ellos, que las vértebras que me mantienen enhiesta no son como las que forman parte de su esqueleto, que las mías están llenas de palabras y silencios que encajan como las piezas de un puzle recién estrenado, que si me los quitaran no sería nada, pero que esa nada tendría más entidad que ese algo que ellos tratan de atesorar, que mi condena es también mi salvación, porque no hay leucemia capaz de destruir el espíritu. La vida es la llama de una vela. Cuando se apaga, el humo asciende hasta las nubes y la cera derretida permanece aún un tiempo adherida al asfalto sobre el que la derramó la ráfaga de viento que extinguió el fuego. Ellos no lo entienden. Por eso protestan antes de morir. Hace frío y yo cada vez estoy un poco más desnuda. Ninguna manta puede ya abrigar el dolor, tampoco tapar la alegría de estos ojos que sólo ven con claridad a través de las tinieblas. No compadezcas nunca a aquéllos que derraman tantas lágrimas como sonrisas. Sólo ellos son capaces de hallar la paz en el medio de la guerra y la guerra en el medio de la paz. ¿Oyes sus burlas, sus insultos, sus maléficas mentiras? Quieren herirnos, pero no se atreven a empuñar la espada. Cierra los labios. También los ojos. Tú eres mi secreto y sólo te confesaré a su debido tiempo. Mi columna vertebral es una escalera de palabras y silencios que nunca he sabido bien si asciende hasta el cielo o desciende hasta el infierno.
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