La madre juega con su gateante hijo de diez meses. De repente, lo sujeta de debajo de las axilas y lo yergue. Madre e hijo se miran a los ojos y sonríen. Entonces ella deja de sostenerlo, como si no existiera la posibilidad de que cayera al suelo. Él da sus primeros pasos. Nunca nadie fue jamás capaz de derribarlo.
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