martes, 26 de agosto de 2008

Más

Te odio cada día un poquito más.

Te quiero cada día un poquito más.

Te echo de menos cada día un poquito más.

Necesito que el tiempo pase y al mismo tiempo que se detenga en este instante.

A veces pienso que no eres más que otro de mis caprichos, que si te tuviera me cansaría de ti.

Soy una niña malcriada a quien le niegan un juguete nuevo.

Soy una princesita consentida buscando a su príncipe encantado.

Soy una mujer atemporal que huye de la realidad.

Soy un pájaro enjaulado aleteando sin parar.

Ven hasta mí.

Ven pronto.

No tardes más.

Y cuando no vengas volveré a odiarte por no necesitarme.

Y cuando no vengas volveré a adorarte por no depender de mí.

Y cuando no vengas me odiaré por haberte esperado.

A veces fantaseo con la pareja que formaríamos: dos almas complementarias que por fin se han reunido, dos estrellas fugaces tratando de afirmarse en el firmamento, dos sinsentidos irracionales, dos estúpidos ilusos.

4 comentarios:

anselmo dijo...

Has definido perfectamente una relación que sabes que te hace daño y no tiene futuro y a la vez, que necesitas.

Unknown dijo...

El amor, como la vida, es un baile entre la luz y la sombra. Me ha gustado muchísimo. Besos.

moonriver dijo...

¡Hola Anselmo! Muchas gracias por tu comentario; pero la verdad es que, aunque está escrito en primera persona, no se basa en una historia real, sino en una interpretación muy subjetiva de la relación entre Beatriz y Mónica, dos de las protagonistas de "Beatriz y los cuerpos celestes".
Y Nano, ya sabes que es un auténtico placer que leas lo que escribo y que encima te guste. Me apunto tu frase. ¡Besos!

Laura dijo...

Empecé ese libro hace tiempo y no lo terminé. No sé qué me pasa con la lectura últimamente.
Besos.