lunes, 3 de noviembre de 2014

Génesis (II)

La serpiente sonríe con bífida satisfacción, convertida en brazalete de la incauta, siempre dispuesta a clavar sus colmillos en las curiosas venas de las niñas desobedientes. Todos admiran la plata de la joya, sin ser conscientes del monstruo que se camufla bajo el brillo. Quisieras gritar, tratar de que no ocurra, pero la sangre se derrama sin que la víctima sea consciente de la herida. El horror obtura tu garganta, mientras el reptil enrosca su triunfo en las caderas que alumbrarán nuestras miserias.

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