miércoles, 28 de octubre de 2009

Grietas azules

Se resquebrajan las baldosas de tu certeza para dar paso a la humedad de la sospecha indigesta y tú ya no sabes cómo fingir que la duda se ha convertido en el colchón de tu alma, antaño segura y confiada. Traté de avisarte del terremoto que se avecinaba, pero nunca hiciste caso de campanas alarmistas. Lástima que ya no tenga ganas de decirte que ya te lo advertí. No te fíes de los ojos azules, porque son capaces de ahogar cualquier rastro de raciocinio o voluntad para resistir el hipnótico canto de las sirenas homéricas. Suerte que mis ojos son de tierra y hace tiempo que arranqué las malas hierbas que podían impedirte enraizar en el campo de mis virtudes y defectos más ocultos.

No hay comentarios: