viernes, 19 de diciembre de 2025

El mago

Agitas las manos, removiendo todo aquello que me traba, convocando las fuerzas ancestrales que dominan mi existencia, prometiéndome milagros que realmente no están a nuestro alcance. Y, sin entender por qué, te creo. Como confían los fieles en sus dioses, los fanáticos en sus ídolos o los idiotas en los políticos. Soy todo eso y mucho más; pero sólo contigo, hipnótica estrella polar que ordena mis pasos, director de orquesta que mece el ritmo de mi torrente sanguíneo, zahorí que descubre y drena la fuente de todos mis miedos. Recitas palabras que ningún idioma se ha atrevido aún a incluir y yo las repito contigo, estúpida acólita sin más credo que el vaivén de tu deseo. Sonríes, satisfecho de los efectos del conjuro; porque, en contra de lo que pudiera parecer, tu único propósito era someterme a cada pálpito de tu intermitente voluntad.