miércoles, 11 de agosto de 2010

Monstruos S.A.

Hay un monstruo debajo de mi cama que me impide conciliar el sueño. Por las noches araña la parte baja de mi colchón y por el día rechina los dientes con premeditación y alevosía, a sangre fría y con porfía. Quisiera poder aspirarlo, junto con las pelusas y el polvo acumulados en el lugar donde a nadie se le ocurre mirar, pero no existe electrodoméstico diseñado para tan inmunda función. Así que permanezco tumbada en la cama, con los ojos abiertos, clavados en el techo inmaculado de mi habitación deshabitada, rezando para que el ente perezca antes de acabar conmigo, planeando la manera de asesinarlo, visualizando su agónica muerte plagada de un dolor infinito, sin anestesia ni morfina. De repente, una extraña idea atraviesa de puntillas mi mente insomne. Me levanto y me oculto de mí misma debajo de la cama. Y allí, a oscuras, abrazada al monstruo chirriante, me duermo plácidamente, olvidando la inmensidad del árido colchón manchado con tu ausencia, plagado de tus huellas dactilares y tus pensamientos espectrales.

No hay comentarios: