jueves, 28 de julio de 2011

La canción de la mentira y la verdad

No terminas de decidir qué es lo que tú sientes por mí y sentado en el diván del miedo a lo que los demás puedan pensar de ti me contemplas sin piedad coronada por el estigma social que me graparon por detrás sin molestarse en comprobar si algo era verdad o sólo un rumor más. Y ahora intento caminar sin inclinarme bajo el peso colosal de mil miradas disparadas al azar, deseosas de estudiar el retrato que otros pintaron mal. Y tú te alejas sin dudar, demostrando que no sabes luchar ni perdonar. Y yo me siento a esperar a que nazca quien se atreva a saltar al ancho mar de mi lacrimal. El dolor ya no es amor. El amor es tan sólo dolor. Tú y yo siempre fuimos dos segunderos del estúpido reloj de esta triste canción, escrita sin compasión por el bufón más juguetón de la corte de la traición, que baila al son del trovador de la medianoche sin colchón, que supone mi rendición ante el gran aluvión de insultos sin parangón y estocadas de refilón. Moriré junto al dragón ahogado en el formol de tu opresiva habitación. Y cesará esta visión de un futuro que pudo ser mejor y se quedó en otra ilusión de mi pulverizado corazón, de tu agrietado corazón, de nuestro compartido esternón.

No hay comentarios: