viernes, 17 de mayo de 2013

Caídas (IV)

Puede que después de todo no fuera cierto, que no te borrará ni el viento, ni el tiempo, ni la calidez de otro aliento o puede que sí, que cuando te prometí olvidarte lo conseguí. Pero hoy me tropiezo contigo y caigo al suelo. Sé que si miro hacia arriba no podré levantarme, pero al mirar hacia abajo me encuentro con tu mano tendida, dispuesta a ayudarme, a ejercer de palanca e izarme. No eres más que un callejón sin salida y yo una rata naufragada que bracea a la deriva.

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