lunes, 6 de mayo de 2013

Nocturno (II)

Hueles a sexo y yo a cansancio. Demasiadas noches en vela, imaginando, palpando, soñando, saboreando, jugando con la idea de apretarte entre mis piernas. Mis manos no me dejan dormir. Te sienten dentro de mí. Me derrito, aunque no estés aquí. Tu piel, tus ojos miel, el lunar izquierdo de tu sien. Tus dedos sosteniendo medio cigarrillo, más apagado que encendido. Tus labios, succionando la poca nicotina que le queda, reactivando la lumbre, resucitando el humo. Tu saliva lamiendo el filtro. Tus manos amasando el aire. Tu media sonrisa de James Dean. Tus pupilas enfebrecidas. Tu frente fruncida. Tu entrepierna reprimida. Mi gemido suicida. Un callejón sin salida. Huelo a sexo y tú a cansancio. Demasiadas horas observando, esperando una señal, un cambio de luces que te permitiera pasar, una bajada de bandera que te incitara a acelerar, un sí claro y rotundo, que no dejara resquicio a la duda, que desatara la locura, que asaetara la cordura. Un revolcón de madrugada. Un polvo de mañana. Una siesta fuera de la cama. Olemos a sexo y a cansancio. La dilatación de nuestros cuerpos sobrepasa las fronteras del colchón. Sudor. Saliva. Semen. Sudor. Saliva. Semen. Sudor. Saliva. Semen. Sudor. Saliva. Semen. Pisamos un suelo profilácticamente enmoquetado hasta llegar al baño. El agua no nos calma ni relaja, ni siquiera enfría los pedazos de dos almas ancladas a unos cuerpos que al unirse se han partido. Suena un teléfono que despierta las alarmas. No debí mentirle, pero hay cosas que es mejor no decirle. Se acaba el juego. El ruego lo dejas para luego, para cuando sea inapelable la necesidad de volver a encender el fuego. Reptas entre los postigos de la ventana de mi dormitorio. La literalidad de las palabras no sirve para explicar ciertos desastres. La verdad sólo se intuye a través de las metáforas. Escribo sin comprender nada de lo que digo. Me pongo el abrigo. Te busco entre mis amigos. Cuando te encuentro, respiro. La noche tamiza mi retahíla de suspiros. Es duro no tocarte. Es imposible no besarte.

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