martes, 24 de mayo de 2011

El infierno del olvido

Olvidarte fue un infierno, pero finalmente conseguí salir incólume de entre las llamas llameantes. Creo que, por fin, te he olvidado sin olvidarte, te he borrado sin limpiarte, te he archivado sin foliarte. Ya no te veo en cualquier parte, ni salgo de noche medio desnuda para buscarte. Ya no recuerdo ni tus escasas virtudes ni tus múltiples defectos. Sólo una bruma amorfa se asocia a las desvaídas letras de tu nombre. Sólo una sombra esquiva me ronda en las noches más frías, expectante e inquietante, pendiente de su definitiva sentencia de muerte. Olvidarte fue un infierno, pero me hizo más fuerte. Sobrevivir a ti fue posible desde que empecé a creer en mí. Y ahora que nuestras miradas ya no se cruzan con estúpidas escusas, sino que buscan otros ojos más ingenuos y algo tiernos, me pregunto si alguna vez existió un universo paralelo en el que tú y yo lucháramos por nuestro amor, en el que uno fuera mejor que dos, en el que hubiera una razón para prolongar esta insoportable combustión.

1 comentario:

Morena dijo...

GRANDE. yo he sentido lo mismo.