martes, 3 de mayo de 2011

La noche y el coche

Cae la noche en el coche. Sombras agazapadas en el asiento de atrás, dispuestas a devorar los cuerpos estáticos que conducen en piloto automático hasta la ciudad-dormitorio más próxima. Primera salida de la autopista. Leve toque del freno. La sexta se convierte en quinta y luego en cuarta y luego en tercera. Miradas ansiosas de más oscuridad zambulléndose en la negrura de una carretera nacional. Te perderás antes de llegar. Poco importa. Sólo querías avanzar tres metros más. Parada técnica. Mano derecha de conductor que aferra muslo izquierdo de copiloto. Minifalda arremangada. Protesta silenciada. Pierna derecha de copiloto que salta sobre la palanca de cambios para colocarse sobre el asiento del conductor. Muslos de copiloto que aprisionan piernas de conductor. Minifalda arremangada. Palidez convertida en grana. Bocas asustadas. Presión intensificada. Manos de copiloto abriendo las compuertas del piloto. Cae la noche en el coche y el vaho empaña la noche y el coche.

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