martes, 30 de agosto de 2011

Te eché de menos

Te eché de menos, pero nunca te lo dije. Fingí que tu ausencia me era indiferente y oculté el vacío persistente tras mil sonrisas impenitentes. Luego volviste y desapareció el dolor, pero yo volví a fingir y pretendí que tu presencia no me resultaba iridiscente, ocultando mi mirada de amor adolescente tras un rictus ambivalente. Y así pasan los días, a veces vacíos, otros llenos, siempre fingidos, nunca vividos. Y cuando llegue la hora de la verdad tendrás que succionar todos los secretos que hoy me empeño en ocultar. Me los arrancarás con tu verborrea más letal y mil aguijonazos disparados sin piedad o se pudrirán y devorarán mis ganas de volverme a equivocar.

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