martes, 6 de diciembre de 2011

Entierros (II)

Los muertos nos miran desde lejos. Saben que no tardaremos en estar con ellos. Sonríen confiados. Les miramos angustiados. El reloj de arena se vacía poco a poco. Tiene una grieta invisible que deja escapar todos los granos. Tratamos de taponar la herida. Tratamos de cicatrizar la vida. Contenemos los suspiros por miedo a que se nos acabe el aire. Sabemos que no tiene sentido, pero lo hacemos. Ya no nos mordemos, ya no nos sorbemos, ya no nos movemos. Sólo esperamos el final. Sólo rezamos para que tarde en llegar. Pero un día se apoderará de todo lo que tratamos de conservar. No es la primera ruptura, pero duele igual. No somos la primera pareja que acaba mal, pero sí la primera que no puede dejarse de mirar, inmunes al qué dirán, vacunados contra la mediocridad, inyectados de esperanza en una segunda oportunidad.

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