martes, 20 de julio de 2010

Soneto descabezado

Tú eres el principio y el final y yo las frases que se atropellan en el medio. No somos más que la improvisada novela de un maníaco depresivo en plena noche de insomnio, una apuesta perdida de antemano por un ludópata sin sentido del riesgo, un entretenimiento vespertino del más abúlico de los poetas neorrománticos. ¿Cuántos idiotas querrán leer nuestra historia? ¿Cuánto se ganaría con nuestra imposible victoria? ¿Cuánto valdrá la entrada al café-teatro donde se recita todas las noches nuestro irónico y dramático soneto descabezado?

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