jueves, 15 de mayo de 2008

Ana

Ana estaba jodida, muy jodida, realmente jodida. No sólo no estaba enamorada de su marido, sino que ahora tampoco estaba enamorada de Miguel, porque no se puede estar enamorada de dos personas al mismo tiempo y Ana se había enamorado de Lucas, aunque no sabía cómo, ni cuándo, ni por qué. Claro que lo peor era que Lucas no sentía nada por ella, sino que estaba colado por Nani, la hermana mayor de Rubén. Y Ana había comenzado a odiar a Nani y se pasaba el día pensando en Lucas, imaginándose posibles encuentros entre ellos, posibles conversaciones, posibles historias en las que ambos acababan huyendo juntos a un lugar lejano y escondido en el que no existían Rubén, ni Nani, ni los hijos de Ana. Pero Ana sabía que eso no ocurriría nunca. Y aún así seguía imaginándolo y continuaba esperando a que Lucas llegara en mitad de la noche para rescatarla de los dragones que la acechaban.

2 comentarios:

Laura dijo...

Como la vida misma. Siempre te gustará el que esté enamorado de otra.

Dita Ciccone dijo...

ni me hables de líos sentimentales... todos vivimos alguno, pero sigo diciendo, como dije en el blog de Laura, que el amor, sea como sea, es GENIAL