domingo, 11 de septiembre de 2011

Nostalgia

Hay cierta nostalgia imberbe suspendida de la punta de tus pestañas más longevas. Nostalgia de los atardeceres fenecidos antes de tiempo y de los amaneceres no alumbrados. Nostalgia de las horas desgastadas y de los minutos no estrenados. Nostalgia de los años infantiles y de los meses seniles. Nostalgia del tiempo que nunca compartimos y de la vida que siempre dividimos. Y aún así siempre repetimos los errores cometidos y nos alejamos de los aciertos cosechados, deleitándonos en la contemplación de una nueva Roma devastada, pasto de las llamas provocadas por nuestras almas incendiadas. Apaga el fuego o consúmete en la hoguera y arroja tus cenizas al Ganges o a los Andes o simplemente deja que se deslicen por cualquier desagüe, fundiéndose con la cal de un agua supuestamente potable.

1 comentario:

Yeamon Kemp dijo...

De nostalgia va la cosa. El tiempo dividido es el doble de insoportable.