jueves, 23 de febrero de 2012

El fuerte

Me atrinchero en el baño. Te bloqueo el paso. Construyo un fuerte de rollos de papel higiénico. No dejaré que entres. No dejaré que contemples los estragos que has causado. El rímel derramado. El maquillaje diseminado. El pintalabios descolocado. Un cuadro picassiano pintado por las lágrimas cubistas que generó tu abstracta traición. No habrá perdón. No tuviste compasión y yo no tendré ninguna consideración. Sólo necesito un minuto para borrar lo que tanto quiero ocultar. Desmaquillar, limpiar, volver a pintar, sonreír, fingir, mentir. Salir con la cabeza bien alta y las axilas secas del sudor con que los nervios las inundaron. Jabón y desodorante antitranspirante. Otro tipo de máscara que también oculta el dolor que escondo bajo el esternón, que me oprime el corazón, que me deja sin respiración, que me mata sin alzar la voz. Vete, por favor. Cierra la puerta y coge el primer avión que aterrice en tu mansión.

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