jueves, 18 de febrero de 2010

Barrera de coral

Hay una barrera de coral que separa tu camino de mi destino y yo no me atrevo a destruir la roja fortificación. Su belleza me hipnotiza y atonta y acabo alegrándome de que la naturaleza creara este frágil bosque que ni el príncipe Felipe osaría cercenar con su espada. La Bella Durmiente se quedará sin beso que la despierte, soñando que una vez fue una Aurora independiente y desvinculada de cualquier héroe que quisiera rescatarla de la maldición de la bruja despechada. Hay que tener cuidado con las listas de invitados o te encontrarás con un mal de ojo que no se cura en ninguna óptica. Las olas bañan mi muro de las lamentaciones y tu frontera de posibilidades, mientras yo calculo la probabilidad de que un tsunami ahogue tus deseos de esconderte y mi necesidad de huir. Tal vez la teoría de juegos me indique cuál es la carta ganadora, pero yo me quedo con el comodín y con el simpático arlequín.

4 comentarios:

moonriver dijo...

Estimado Anónimo:

Una vez más, curiosa asociación de ideas.

Por cusriosidad, ¿estudiaste en el Liceo?

Anónimo dijo...

No, que va. Lo que pasa es que yo también soy un lunático y las paranoias invaden mi cabeza constantemente. Y, claro, a veces pasan estas cosas y hago asociaciones extrañas.

Me gusta leerte, me reconforta, me ayuda.

Un saludo desde una luna vecina.

moonriver dijo...

Bueno, lo del Liceo lo preguntaba por tus influencias francesas ("La elegancia del erizo", el vídeo...).

En cualquier caso, encantada de que te pasees por este lunático y errático blog.

Anónimo dijo...

Sí, sí, ya me imaginaba que lo decías por eso. Yo intentaba decirte que mis influencias son más de tipo lunático. Ha sido una coincidencia.

À bientôt!